sábado, 12 de marzo de 2011

S.T.A.L.K.E.R.: Call of Pripyat | PC


ARGUMENTO



Cuando una pasa mucho tiempo entre videojuegos, resulta progresivamente más fácil ver tras las bambalinas, reconocer los trucos de humo y espejos que los creadores utilizan para conseguir algo que muchos llaman "inmersión" a falta de una palabra mejor. Un videojuego es un lugar, el jugador se mueve más o menos libremente y esa libertad de movimiento supone un quebradero de cabeza considerable, pues es el primer medio que tiene la necesidad de sumergir al jugador en un mundo y permitir su exploración; ciertamente, ni la pintura, ni a literatura ni el cine se han tenido que preocupar de semejantes cosas, por lo que es una competencia exclusiva de este sector y es una disciplina que está en desarrollo. Unos optan por limitar los pasos del jugador, darle un bonito corredor por el que avanzar y asegurarse de que no sienta curiosidad por saber que hay detrás de las cortinas, otros sí dan libertad, pero en mundos que suelen pecar de anodinos e insustanciales; pocos son los juegos elegidos que pueden presumir de mundos que merecen la pena explorar y STALKER es uno de ellos.
Para lograr semejante hazaña, el estudio ucraniano GSC cuenta con la ventaja de haber basado su obra en algo tangible y existente en el mundo de real, pero a la misma vez misterioso y enigmático, lo que permite espacio a la imaginación: la central del Chenobyl, o lo que queda de ella, rodeada de una vasta extensión de terreno de 30 kilométros cuadrados vigilados por el ejército ucraniano, incluyendo espacios desiertos como la ciudad de Pripyat, una ciudad diseñada para el turismo que tuvo que ser desalojada ante la radiación provocada por la explosión del reactor número cuatro. Sólo se permiten las visitas bajo escolta militar y, aunque no hay rastros de animales mutantes ni otros productos de la imaginación, sí hay plantas con extraños frutos de furiosos colores y zonas con mayor índice de radiación de lo que es normal; todo coronado por los fantasmagóricos edificios abandonados y el "sarcófago" que encierra el reactor e impide que el grueso del material radiactivo de la central escape a la atmosfera.
Hasta ahí, la realidad -que en este caso no deja de resultar interesante por serlo- STALKER envuelve esa misma realidad y la dota del componente fantástico que necesita para convertirlo en un sitio fascinante. Investigaciones secretas, mutantes, extrañas criaturas, objetos valiosos, fenómenos paranormales y un grupo de hombres dispuestos a jugarse el pellejo por lo que la Zona puede ofrecerles: aventuras, escapar de una sociedad en la que no encaja o riquezas, aunque lo que la mayoría encuentra es la muerte, un servicio que este particular ecosistema ofrece a manos llenas. Quizás por eso, el ejército se ha contentando en los últimos años con supervisar el lugar y dejar a los Stalker, como se llaman aquellos que habitan la zona, se maten en busca de sus objetivos; sin embargo, después de los acontecimientos del primer juego, el desmantelamiento de las torres de control mental y la vía abierta hacía el centro de la Zona, el gobierno decide que es el mejor momento de tomar el control total del lugar, iniciando una gran operación logística para trasladar soldados y equipo al lugar y asegurar los restos de la central.
Como suele pasar en este entorno, las cosas no salen como deberían y todos los helicópteros enviados al lugar desaparecen de los radares y se estrellan en diferentes puntos del lugar ante el estupor del alto mando. A pesar del fracaso de la operación, se decide enviar a un miembro de las fuerzas especiales y ex-Stalker al lugar donde se estima que se han estrellado los helicópteros para investigar las posibles causas y enviar un informe de lo que está sucediendo en la zona que rodea al reactor nuclear, especialmente en la ciudad fantasma de Pripyat, donde se están librando feroces combates entre varias facciones por el control de la ruta y el dominio de las zonas ricas en artefactos. Con unas armas y algunos víveres, el protagonista se adentra de nuevo en esa realidad alternativa que es la Zona.
A partir de ahí comienza una aventura sin límites aparentes, en la que el jugador es libre de hacer lo que le plazca siempre y cuando consiga sobrevivir. Pero a sabiendas que son muchos los jugadores que necesitan de objetivos, hay una ingente cantidad de misiones secundarias y primarias disponibles que no sólo permitirán ganarse el favor de las diferentes facciones que habitan la Zona, también permiten ganar necesarios recursos para poder deambular por los solitarios parajes y los siniestros rincones que son tan comunes en este lugar. Por supuesto, cumplir misiones es una manera clara y directa de lograr los necesarios recursos, pero no es la única. Una de las grandes virtudes de STALKER es el dinamismo de su entorno, cómo la IA gestiona los diferentes actores de este escenario virtual para que siempre haya algo que encontrar. Por ejemplo, sigue los gritos y los disparos y encontrarás algún cuerpo que desvalijar -liquidar Stalkers errantes también está permitido por supuesto, aunque ganarse una reputación de asesino no es siempre la mejor opción entre esa comunidad-, mientras que un contador geiger permitirá buscar artefactos, especialmente concentrados en zonas particulares y peligrosas en formas de cenizas radiactivas o lodos contaminados.

VIDEO DE MUESTRA


GALERÍA DE IMÁGENES


REQUISITOS MÍNIMOS
  • SO: Microsoft® Windows® XP (Service Pack 2) 
  • Procesador: Intel Pentium 4 a 2,2 GHz/AMD XP 2200+ 
  • RAM: 768 MB de memoria RAM 
  • Disco: 6 GB de espacio libre en el disco duro 
  • Tarjeta de vídeo: 128 MB compatible con DirectX® 9.0/nVIDIA® GeForce™ 5900/ATI Radeon® 9600 XT


REQUISITOS RECOMENDADOS
  • Procesador: Intel Core 2 Duo E8300/AMD Phenom II X2 550 
  • RAM: 2 GB de memoria RAM 
  • Disco: 6 GB de espacio libre en el disco duro 
  • Tarjeta de vídeo:  1 GB compatible con DirectX® 9.0c/nVIDIA® GeForce™ GTX 260/ATI Radeon® HD 4870


INFORMACIÓN EXTRA
  • Idioma: Español (Textos y voces)
  • DVD: 1

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